jueves, 20 de mayo de 2010

Las Mujeres en el Pequeño Ejército Loco (1927-1933)






Como en otros eventos de la Historia del país, hubo una participación destacada de las mujeres en la guerra de liberación del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional EDSN y el Gral. Sandino. Sin embargo, aun cuando hay muchos estudios de nacionales y extranjeros sobre esta gesta heroica, es válido acotar que hasta ahora no se ha hecho un estudio sistematizado de la participación femenil en esta gesta, lo más de las veces hay breves menciones en algunos documentos. No se dio una recopilación oral, que pudo haberse realizado cuando las sobrevivientes (en su mayoría campesinas analfabetas) estaban vivas. Lo cual obviamente era difícil de acometer, cuando se encontraban en el poder, los protagonistas de la orgía sangrienta que siguió al 21 de febrero de 1934, es decir el mismo Somoza García y sus hijos: los Somozas Debayle. Y sobre todo, cuando muchos de los sobrevivientes sandinistas, incluidas las mujeres se involucraron en la lucha contra el mismo sistema.


No es si no hasta después de la caída del somocismo, en la década de los ochenta en que escritoras como Margaret Randall, llamaron la atención con algunos trabajos sobre las mujeres en el EDSN. Sin embargo, una ojeada a los trabajos históricos permite ver que no se ha realizado un estudio sistematizado de la participación femenil en el ejército de Sandino.

Las mujeres en la obra de José Román
Mucho se ha centrado en la atención en Blanca Aráuz y Teresa Villatoro, a quienes no se les pueden negar sus méritos. En la misma documentación publicada del héroe (cartas, comunicados, etc.) las menciones a las mujeres son escasas. No obstante fue en las entrevistas ocurridas en el periodo de desmovilización de 1933, antes de su asesinato, el mismo Sandino exalta el rol de la mujer en su lucha. En la entrevista concedida en 1933 a José Román, el autor de Maldito País, el héroe dedica buena parte de sus párrafos a la participación de la mujer. Comienza con una mención a Gabriela Mistral cuando asegura: En el ala femenina, Gabriela Mistral es la abanderada nombrada por aclamación benemérita del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional” (Román 2007 175-176). Debe recordarse que la poetisa chilena y Premio Nóbel de literatura fue uno de los primeros artistas e intelectuales que le dio su apoyo en el mundo y fue quien calificó a sus huestes como el Pequeño Ejército Loco.

En esta misma entrevista recalca el héroe, entre otras cosas, las siguientes Los actos de heroísmo de las mujeres que colaboraron en el ejército no sólo son muchísimos, sino que además la mayoría requieren largas historias para explicar los sacrificios que sufrirían (sufrieron) y los peligros que enfrentaron por amor a la patria y todas, campesinas, maestras de escuela, enfermeras, amas de casa aún señoritas de de sociedad, rindieron servicio sin los cuales nuestra guerra no hubiera sido posible. De todas estas mujeres y sus actos heroicos guardamos minucioso detalle en el archivo. Tras este párrafo que pudiera considerarse introductorio, el héroe continúa describiendo ejemplos de mujeres colaboradoras del ejército.

Por el momento debo al menos mencionar las siguientes:

Blanca Aráuz de Sandino. No porque sea mi esposa, sino porque en los servicios de enlace que nos prestó como telegrafista, son imponderables. Además en la última etapa de la guerra sirvió como secretaria privada mía.

Señora Juana Cruz.. Tenía una cantina en Jinotega y cambiaba licor por tiros con los guardias y obtenía información confidencial con los marinos por medio de sus muchachas adiestradas. También fue una importante directora de correo y espionaje en la región. No sólo no cobraba por sus servicios sino que ayudaba económicamente (…).

Señora Tiburcia García Otero. Natural del Cua, donde poseía una hacienda grande que fue destruida, al igual que sus hijos según ella misma contó, por los aviones y tropas de los marinos. La destrucción fue tan bárbara que no dejaron un perro vivo. Además, le aterraron el pozo.

Desde entonces se volvió gran partidaria nuestra. Fue encarcelada y vapuleada en la penitenciaría de Managua por órdenes de Moncada, para que dijera sobre mí pero esa mujer prefirió la tortura y la muerte si fuese necesario. No lograron sacarle nada, y muy enferma tuvieron que sacarla de la cárcel, lo que aprovechó para escaparse para Costa Rica. Luego dando una gran vuelta por Honduras volvió al ejército a servir de cocinera, enfermera y lavandera (Román2007p175-177).

Las Mujeres deben incorporarse a la Historia Patria

Sandino coloca en su relato tres ejemplos concretos pero insiste en la participación masiva de la mujer. Pero además reitera la necesidad de rescatar la historia de la participación femenil en su gesta. Oportunamente me encargaré de una publicación especial para rendirle a estas mujeres el homenaje que merecen, pues sus nombres y sus hechos constituyen una verdadera gloria para Nicaragua y deben incorporarse a la Historia Patria...(Román 2007. P.177)
Está demás recalcar que Sandino no pudo lograr este objetivo dado su asesinato en la fecha señalada, y debe de recordarse que muerto Sandino su archivo se convirtió en un objetivo del enemigo y gran parte del mismo fue a parar a manos del dictador Somoza García y la GN, los que además de utilizar la información para reprimir a quienes aparecían en los documentos, procedieron a destruir las huellas de su legado, entre éstas la participación de la mujer. Pero si en los tiempos actuales le tomamos la palabra a la idea y preocupación del Gral. Sandino, creemos que es posible al menos rescatar los nombres y los aportes de las mujeres en el EDSN. Utilizando documentación de la época y las fuentes orales. Esto último, por supuesto es imposible realizarlo con las participantes directas, porque en su mayoría ya fallecieron, pero sí se puede hacer con sus descendientes.

La huella imborrable de la mujer
Sin pretenderlo, en el mismo rescate de la historia reciente, encontramos las huellas de la masiva participación femenil en el EDSN. Los cuadros del FSLN en su proceso organizativo en la zona Norte recurrieron a contactar a veteranos sandinistas y se encontró con ancianas que también habían participado en la gesta de 1927 a 1933. Ejemplo de ello fue la célebre Amanda Aguilar (Petrona Hernández), de las mujeres del Cuá, cuya ancianidad no le impidió ser mancillada y torturada por la GN en 1968, fue cocinera y colaboradora del General Sandino entre 1928 y1933. Filomena Soza, indígena de la comarca El Pire, de Madriz (abuela del combatiente Salvador Loza Talavera) fue también cocinera y lavandera del ejército, desde los tiempos de San Albino, a esta lista podemos agregar a María López, Ramona Loza, Susana y Angélica Vallecillo, de la comarca de Rodeo Grande, en el Departamento de Estelí.

También hubo mujeres que no eran precisamente de origen campesino, como doña Dolores Ramos Munguía, poetisa y feminista, comerciante y dueña de vastas extensiones de tierra en el departamento de Madriz, quien fue hasta detenida por las autoridades norteamericanas, al ser descubierta su colaboración (La Boletina Nº 77.p.2-8). De este mismo departamento no se puede desconocer tampoco la participación de Hilda Uclé, quien fuera compañera de vida de un hermano del Coronel. Rufo Marín. “Emilia” (cuyo nombre y apellidos siguen en el anonimato) quien, según los datos suministrados por Román pertenecía a una de las familias más acomodadas de Estelí, no sólo fue enfermera del Gral. Sandino, sino participante en combates contra los interventores (Román 2007p.234-236). Este mismo informante notó la presencia de mulatas de Puerto Cabezas, en los campamentos (Román 2007.p.193-194).

La persecución contra las fuerzas desmovilizadas de Sandino después de 1934 también dejó en evidencia la presencia de la mujer. En un combate en la comarca de Wina, Jinotega el 1º de abril de 1934 fueron hechas prisioneras tres mujeres, incluida la esposa del General Juan Pablo Umanzor. El 10 de abril de este mismo año se reporta la muerte del general sandinista José Lagos, dos soldados y dos mujeres; Al momento de la captura y asesinato del General Abraham Rivera a las orillas del Río Coco fueron ejecutadas seis mujeres, entre ellas la joven Angelita González, en quien se ensañaron, al atribuirle ser la compañera de vida del Gral. Sandino, en el Campamento de Wiwilí, tras la muerte de su esposa en junio de 1933 (Informes de la GN 1933-1934p.211-213).

Tras esta breve reseña sólo nos resta agregar que el reto que tienen por delante los investigadores es el rescate de la participación de las mujeres en esta gesta para cumplir con uno de los sueños de Sandino: “rendirles el homenaje que se merecen, pues sus nombres y sus hechos constituyen una verdadera gloria para Nicaragua y la Historia Patria.

Fuentes consultadas:
1- Matagalpa, Juan. Sandino. Los Somoza y los nueve comandantes. Honduras Industrial S. A.

2- Román , José . Maldito País. Colección Amerrisque. Managua,2007
3- Informe anual de la Guardia Nacional de Nicaragua, durante el año fiscal del 1º de octubre de de 1933 al 30 de septiembre de 1934.

4- Revista Boletina Nº 77. Managua, marzo de 2010.

5 - Conversación con Salvador Loza Talavera. Managua , Los Arcos, 26 de febrero de 2010

*Historiador e investigador de la Biblioteca del Banco Central de Nicaragua
Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua

casanovmra@yahoo.com

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