Las repúblicas y el triunfo de Daniel Ortega
Juan Ramón Huerta
El contexto histórico que antecede a la victoria de Daniel Ortega está ligado a fenómenos políticos que datan a partir de la vida republicana de Nicaragua y, aunque guardan distancia en lo ideológico y las circunstancias en que se originan y condicionan, es necesario examinarlos a la luz de los últimos acontecimientos.El historiador y catedrático Rafael Casanova Fuertes, analiza los períodos anteriores en la historia de Nicaragua y encuentra que hay hechos similares, a tal punto que “da la impresión que todos los sistemas políticos en Nicaragua han tenido una segunda parte, es decir, han retomado el poder en circunstancias distintas”
¿Cuáles son esos períodos?
La primera república conservadora que se extendió de 1858 a 1893 y que es derrumbada por la revolución liberal de 1893; 16 años después se produce el derrumbe de esa revolución liberal y se inaugura una segunda república conservadora. Esto podría guardar una similitud, en perspectiva formal, convencional.
¿Cuáles son las características de la primera república conservadora?
La primera república conservadora surge de un movimiento de liberación nacional contra William Walker, de la lucha antifilibustera, y los dirigentes del Estado como Joaquín Zavala, Tomás Martínez, Evaristo Carazo, Vicente Cuadra y Fernando Guzmán son héroes de la guerra y les corresponde el mérito histórico de fundar el Estado oligárquico con ejes como el orden, la paz y el progreso, y de dejar atrás un Estado de anarquía y de guerras civiles y sociales desembocando en la guerra nacional en la cual ellos se destacan.
Ellos se enrumban a constituir la república ideal, le hacen concesiones a los leoneses que son liberales, y los granadinos se abocan a construir el orden, la paz y la civilización que son los ejes básicos del progreso. Son siete presidentes los que gobiernan en ese período, sin incluir a don Roberto Sacasa.Hicieron un progreso a lomo de pobre, principalmente en infraestructura; con una educación selectiva, excluyente; la introducción del teléfono y otras obras de progreso coinciden con el desarrollo de la caficultura, y Nicaragua se incorpora al mercado capitalista mundial.
¿Y qué pasa con el general José Santos Zelaya?
Zelaya interrumpe el proceso y termina con el período de la república conservadora e inaugura la primera república liberal, proceso que es ponderado por un militar con vasta educación en la escuela europea; sienta las bases de un estado moderno para comenzar una ruptura con la Iglesia; se da la continuación de las obras de infraestructura, la producción de café aumenta y se incentiva la exportación de otros productos; la educación es gratuita, pero además obligatoria, y para ello se creó la Policía escolar. Establece el matrimonio civil, el voto universal con restricciones como saber escribir; sienta las bases de la república liberal y deja atrás a la república conservadora.Luego de la caída de Zelaya, ¿cómo es la segunda república conservadora?Es defectuosa porque es hija de una intervención. Ellos nunca tuvieron suficiente consenso social y político para vencer a Zelaya, aunque éste impuso el autoritarismo, el nepotismo, la reelección y los vicios para hacerla. Pero aún con todo eso tiene respaldo popular, por ello es que los conservadores solos no pueden derribarlo y acuden a una alianza con los interventores que también tienen fuertes contradicciones con Zelaya.
Es la primera experiencia republicana en que los conservadores vuelven al poder, pero además es otra generación de conservadores, son jóvenes como Carlos Cuadra, Emiliano Chamorro. Ellos estarán siempre a la sombra interventora, ocurren rebeliones consecutivas y el Estado moderno queda truncado.La segunda república conservadora se encarga de enterrar un estado autónomo, y por lo tanto, se trunca el progreso, entre éste, la anhelada unión del Caribe con el Pacífico, acción que nunca más se hizo. Esta república le hizo daño al país.Sin embargo, en las experiencias analizadas no ha habido cambio de sistema y ahora, con el triunfo de Daniel Ortega, algunos sectores se imaginan un retorno al sistema de los años ochenta, ¿es así?Ése es precisamente el reto de Daniel Ortega. Si acudimos a los antecedentes y vemos cuándo termina la segunda república conservadora, eso ocurre en 1928, y la segunda república liberal es hija también de la intervención, combatida por el general Sandino, pero el héroe de Las Segovias es asesinado por Anastasio Somoza García e inaugura la segunda república liberal, hija de la intervención norteamericana, totalmente distinta al proyecto autónomo que tenía Zelaya, y Somoza García hereda los vicios de la reelección además apoyado por la intervención de Estados Unidos, eso provoca una serie de rebeliones que culmina con el derrocamiento de la dictadura somocista en julio de 1979.
¿Cómo se contextualiza un poder revolucionario en esta lógica que venimos analizando?
Aquí existe una similitud, guardando la distancia. Los que inauguran y gobiernan la primera república sandinista son los héroes que lucharon contra la dictadura somocista y la derrocaron, llámense Henry Ruiz, Víctor Tirado, Tomás Borge, Daniel Ortega, Humberto Ortega; ese prestigio les permite dirigir la nación en parecidas circunstancias a la primera república conservadora, claro, guardando las distancias ideológicas.El gobierno revolucionario logra crear instrumentos para favorecer a las clases populares, la alfabetización, la gratuidad de la educación, la salud y la reforma agraria y un nuevo tipo de relaciones internacionales. Desafortunadamente, esta primera república sandinista sienta las bases de un nuevo sistema que todavía permanece en el imaginario colectivo de la población, porque fueron los mejores años para las clases populares, otra cosa es que Estados Unidos haya declarado una guerra y que las elites desplazadas del poder hayan participado, boicoteando el proceso.El gobierno revolucionario, además de sectario, utiliza a las fuerzas coercitivas para enfrentar a sus adversarios internos. Fueron tan sectarios que apartaron al Movimiento Pueblo Unido, parte del movimiento social que apoyó su triunfo y fue un error prescindir de ellos.
¿Cómo se ubican los 16 años que antecedieron a la segunda república sandinista?
Son los 16 años de gobiernos neoliberales que traicionaron las expectativas del pueblo aunque hubo avances en aspectos políticos, libertades públicas, libertad de expresión, pero nunca como entonces se vieron problemas sociales; problemas de la niñez, desempleo, falta de atención en salud, falta de servicios básicos, etcétera. Esto permite que una buena parte del electorado busque una salida y le otorgue su confianza a Daniel Ortega Saavedra para que inaugure la segunda república sandinista.Hay sectores que tienen expectativas diferentes y creen que con la llegada de Ortega al poder las cosas se asemejarán a lo que ocurrió en los años ochenta, ¿qué piensa usted?Eso es producto del imaginario colectivo. Aquí hay que tomar en cuenta dos elementos; la generación que no vivió esa época y le cuentan lo que ocurrió, y otra población cansada de las políticas neoliberales. Existe un segmento que piensa que en el sandinismo estuvimos mejor y por eso vamos a darle confianza a Daniel Ortega para ver si ocurren situaciones parecidas. Las circunstancias históricas en que llegada Ortega al poder, además de distintas, son más difíciles para el Frente Sandinista de 2006 que tiene que buscar cómo reunificar a la familia sandinista, lo cual es difícil porque las distancias que se han creado son largas, a tal punto que una fracción del FSLN tiene su propio electorado y tiene cinco diputados distintos.La Asamblea Nacional está fuertemente dominada por las fuerzas de derecha, los sectores más conservadores de la sociedad; si mañana se toca el tema de los cohetes Sam-7 que Estados Unidos quiere eliminar por su seguridad y no por la de Nicaragua, yo no me imagino al sector disidente del FSLN votando con la derecha.